mercoledì 9 febbraio 2022

CONDUCIR

 


Es posible que hayas leído sobre la trágica noticia hace unas semanas sobre el accidente de tránsito en Cuba que involucró y aniquiló a una familia de Prato.

Creo que me estoy aferrando si digo que un buen 70% de los accidentes automovilísticos extraurbanos que ocurren en Cuba son los Tur, los autos que alquilan los turistas cuando llegan al Caribe.

Las razones de esta masacre son múltiples.

Cuando estuve en noviembre/diciembre de 2021, la gran mayoría de los Tur que estaban de gira en Las Tunas y sus alrededores eran alquilados por cubanoamericanos.

Muchas veces se trata de personas que no manejan o manejan poco en el país donde viven y alquilan el carro grande casi exclusivamente para hacer las fresco frente a la familia que queda en la isla.

He visto a muchos, demasiados turistas, no solo cubanoamericanos, conduciendo no precisamente sobrios, por decirlo suavemente.

Probablemente donde viven en esas condiciones nunca soñarían con ponerse al volante.

En comparación con el tráfico italiano, especialmente el de uno grande ciudad, la cubana es un chiste, pero esto en vez de favorecer corre el riesgo de crear mayores problemas a quienes conducen imprudentemente.

En Occidente somos muy cuidadosos cuando nos sentamos al volante, sabemos los riesgos que corremos si cagamos, el auto muchas veces lo necesitamos para trabajar o para ir y venir del lugar de trabajo, manejando como locos arriesgándonos a tener accidentes o problemas con la policía y locos, por eso somos muy cuidadosos con todo lo que hacemos y el tráfico en el que estamos inmersos.

En Cuba los pocos carros, un poco el clima vacacional, tal vez la botella de añejo especial del lado del conductor, muchas veces las piernas de la mulata sentada a su lado pueden ser elementos distractores de cierto nivel.

Es momento de terminar fuera de la vía, en el carril contrario, en un potrero, o tomar el carro de enfrente que se había parado en medio de la vía, sólo Dios sabe por qué.

No hablamos de noche con bicicletas y coches que no tienen luces pero que de repente aparecen delante de nosotros, o los cráteres de la carretera para hacer palidecer después de una tormenta a los que aparecen en Roma.

Así que en muchos aspectos conducir en Cuba es más exigente que hacerlo nosotros mismos, hay que tener mil ojos no tanto para el tráfico en sí sino para el entorno que cambia continuamente y corre el riesgo de distraernos.

En coche, si te distraes un momento, la tragedia te está esperando.

Añadimos también el mal mantenimiento de los Tur's, las llantas suave que no se puede 'más suave, los frenos que son lo que están construidos, el cuadro está completo.

En Italia tengo la clase de seguro más baja que existe, manejo la scooter desde los 14 años, pero los únicos 2 vuelos que hice con la scooter en mi vida fueron en Cuba.

Uno hace muchos años en el camino de terracería que conduce de Puerto Padre a la playa, iba en una moto con un amigo, había llovido recientemente y prácticamente me acosté de costado, desgarrándome un poco el muslo.

La segunda vez, lo conté en un trozo me parece hace 3 años, en la ciudad tenía un camión enfrente, doblé a la izquierda sin preocuparme por darle prioridad a los que llegaban por la derecha, un carro me tocó, terminé. arriba en las tierras de nuevo esta vez sin consecuencias.

En Italia nunca hubiera hecho semejante gilipollez y decir que tengo una scooter mucho más potente que las que alquilan en Cuba.

Esto quiere decir que solo un momento es suficiente.

Entonces recuerdo los tiempos, años atrás, cuando frente a la terminal de Viazul a la hora de moverme hacia el este usé unas torres alquiladas por cubanos para la necesidad, juzgaron como locos en medio de la noche, nunca pasaba nada siempre por la intervención de mi estrella de la suerte habitual.

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