giovedì 14 ottobre 2021

ABAKUA

Como muchas veces he tenido la oportunidad de decir que, desde un punto de vista religioso, soy ateo o no creyente como tú prefieras.

Tengo una actitud socialista muy realista hacia la vida y la ciencia que la gobierna, que me parece la menos propensa a los vuelos de fantasía.

Confío en Jury Gagarin, quien dijo: "He estado allí pero no he visto a ningún Dios".

Precisamente porque no profeso ninguna fe tiendo a respetarlos a todos, obviamente mi respeto falla cuando pedazos de mierda trastornan el Corán o cuando los besos sádicos montan santas inquisiciones en desprecio de lo que está escrito en los Evangelios.

El mismo respeto obviamente mezclado con cierta curiosidad está reservado para las religiones en Cuba.Como les dije, estoy leyendo (más probablemente releyendo) "La Habana", una novela de Martín Cruz Smith ambientada en La Habana a principios de los noventa.

El libro narra una historia policiaca que involucra a rusos que, tras la traición de Gorbachov y durante la gestión alcohólica de Yeltsin, en Cuba, eran considerados auténticos traidores incluso con cierta razón.

Al leer me encontré con una religión que no conocía y de la que ni siquiera había oído hablar. Abakua.

Algunos tienden a considerarla como una rama de la santería pero en realidad es una sociedad religiosa masculina de origen nigeriano.

Los mitos y leyendas florecieron en torno a esta sociedad, que se extendió principalmente en La Habana, Matanzas y Cárdenas en las primeras 3 décadas del siglo XIX, y siempre ha sido considerada una guarida de criminales negros con extraños rituales y creencias.

Se trató y es una especie de sociedad secreta como las del Leopardo (quizás de allí viene la logia del Leopardo de los Días Felices ... 😀) muy activa en África en esos períodos.

Fue un movimiento que tuvo cierta influencia política, social, religiosa pero también musical ya que realmente había mucha música en sus ritos.

Las reglas de la sociedad Abakuá establecen la ayuda mutua, la inviolabilidad del secreto y un sentido de pertenencia común entre los afiliados.

Estas características han hecho que esta sociedad se coloque en los límites de la legalidad, antes de 1959 fue muy opuesta por el poder, después del Triunfo de la Revolución exactamente como sucedió con otras religiones el gobierno lo dejó funcionar mientras todo quedara lejos de política activa.

Luego está el discurso racial, dado que esta religión vio entre los adeptos elementos de la población más negra de la isla el sentimiento de revuelta se dirigió hacia la autoridad y su actitud opresiva hacia cierto tipo de población. Antes de la Revolución, la afiliación por sí sola implicaba penas severas y deportación a la isla de Pinos, consideremos también el hecho de que muchos afiliados lucharon activamente contra los españoles durante las guerras coloniales.

Obviamente esta sociedad nació a raíz de la deportación de esclavos de África donde, sin embargo, todos tendían a ser fieles a la tribu a la que pertenecían, esto dio lugar a rivalidades tribales hasta que a lo largo de las generaciones las etnias comenzaron a mezclarse entre sí. Con el tiempo, se agregaron elementos de la religión católica a las creencias vivas de los abacuas en sus ritos, como sucedió en la santería.

La sociedad se autofinanciaba a través de colecciones, tenía una compleja organización jerárquica, en sus ritos había entidades “de otro mundo” que gobernaban todo su mundo. Sin embargo, muchos estudiosos no atribuyen a las sociedades Abakua un carácter religioso sino que se destacan las características de ayuda mutua y ayuda, mientras que los otros ritos siempre han sido fenómenos extemporáneos aquí nos encontramos ante un verdadero secreto de sociedad.

Por último, les cito un fragmento del libro que estoy leyendo sobre una ceremonia.

"Cuando mi madre se enteró de que había abakuas en el barrio, me dejó en casa porque temía que se llevaran niños blancos para sus sacrificios".

"¿Pero es esta la casa de un Santero?"

"La santería no se hace de noche cuando hay muertos, solo Abakua".

“En África los misteriosos Abakua tenían tambores parlantes, cuando llegaron encadenados a trabajar en el puerto de La Habana y los esclavistas les habían quitado los tambores simplemente empezaron a golpear las cajas de madera y, como por arte de magia, La Habana estaba lleno de tambores ".


"Soy soviético y para mí la resistencia e genética. El soviético defiende a los más débiles y antepone los intereses sociales a los suyos".

Arkadič,

comandante del batallón Prizrak en Dombass

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