LA PRIMERA DOSIS

 

"Es inhumano que algunos países de todo el mundo reciban la primera dosis en 2023 mientras hablamos de la tercera dosis". En "In Onda" en el episodio del sábado 21 de agosto es el joven profesor Fabrizio Chiodo, en conexión desde Cuba con Concita De Gregorio y David Parenzo, para dar la alarma. El investigador de Palermo que imparte clases de Química en la Universidad de La Habana, es inmunólogo y experto en tecnologías farmacéuticas y ha diseñado la vacuna Soberana, una tecnología avanzada pero de muy bajo costo que va al encuentro de los países más pobres igualmente afectados por la pandemia. La contribución más importante a la lucha contra el Covid-19 proviene principalmente de las vacunas, que deben cumplir con numerosos parámetros, además de la efectividad, para ser efectivas en la epidemia.

El razonamiento del profesor, con un currículum internacional respetable, es muy simple como terriblemente profético: si no vacunamos por igual en todos los países, sin distinción entre ricos y pobres, las variantes de Covid aumentarán y todos nos encontraremos. en el mismo punto de partida. La carrera de los países con mayor disponibilidad sin atención a los pobres es inútil, "No es un gesto de humanidad", truena Chiodo. “No es un acto de caridad sino de sano egoísmo vacunar al mundo entero contra Covid para evitar que las variaciones aumenten”.

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Cuando, hace algún tiempo, publiqué un artículo con unas declaraciones de Fabrizio Chiodo, llegó en Facebook el fenómeno habitual del momento, obviamente muy experto en Cuba y todo el Caribe, para señalarle a nuestro investigador cómo la embajada de Cuba en Italia había bloqueó la boca después de sus declaraciones anteriores. Evidentemente, a partir de ese momento, cada 2 días hay un comunicado de Chiodo en cualquier órgano de prensa, demostrando que hay quienes no lo hacen bien aunque se equivoquen. El concepto que cuenta este artículo de Il Tempo (no Granma ...) es bastante claro; De nada sirve hacer la tercera vacuna si todavía hay una buena parte de la población del mundo que no ha recibido ni la primera. De hecho, la OMS también dijo que no a la tercera vacuna y que ahora la prioridad debe ser vacunar a la población de los países pobres. Para hacer esto, los países ricos deben asumir los costos, todas las formas de patentes deben eliminarse temporalmente y deben fabricarse al menos 8 mil millones de dosis. Hasta la fecha, de 4 mil millones de dosis administradas, el 80% ha ido a países ricos donde reside menos de la mitad de la población mundial, mientras que cientos de millones de personas siguen esperando la primera dosis. Si Cuba no produjera su propia vacuna no habría tenido los recursos económicos para comprarla en el mercado sin contar los impedimentos derivados del bloqueo, como la isla hay decenas de otros países que, al no tener sus propias vacunas, no tienen. tener los medios para comprarlos ya que los costos son altos. Entonces somos los mismos de siempre; El sistema capitalista que gobierna gran parte del mundo garantiza una cierta protección a los ciudadanos de los países de altos ingresos mientras que da mucho a quienes, en cambio, no tienen este alto ingreso, pero ni siquiera medianos o medianos. medio-bajo. Está claro que si existe una gran mayoría de la población mundial no vacunada, el virus tiene una mayor capacidad de propagación, especialmente en los países pobres donde los niveles mínimos de higiene están por debajo del umbral. Cuba lleva décadas diciendo estas cosas, no es casualidad que en sus universidades decenas de miles de estudiantes de países pobres hayan estudiado gratis para luego regresar a su propio país para ayudar a los más necesitados. Al fin y al cabo, sin ir demasiado lejos, ha bastado ver cómo 20 años de abandono y financiación privada han mermado nuestra salud pública abrumada por el virus sin estar preparados para combatirlo.